Porque hace un año éramos cuatro pibes, que se conocían de la facu, pegando pequeños afiches impresos en hojas A4 convocando a la plaza a bancar la Ley de Medios. Porque no teníamos identidad como grupo. Porque nos costaba presentarnos más allá de nuestros nombres como individuos. Porque eso nos molestaba. Porque sólo contábamos con el atrevimiento de querer movilizar a los demás. Porque nos sorprendimos cuando nos encontramos hablando frente a doscientas personas que estaban en la plaza haciendo público su apoyo a una causa como la democratización de los medios de comunicación. Porque hasta allí creíamos que éramos unos pocos locos. Porque ese día nos dimos cuenta de que no éramos ni tan pocos, ni estábamos tan locos como nos querían hacer creer. Porque esa misma noche nos dijimos “tenemos que hacer algo”. Porque ese 9 de abril brindamos por esa quijoteada que es formar una agrupación de la nada, sólo contando con ideales y ganas, abrir un nuevo espacio de participación, de militancia, forjar una identidad, sin careta, poniendo el pecho a todo lo que vendría. Y valla si le tenemos que poner el pecho…
Porque empezamos de caraduras y sin callarnos nada, sin especulaciones ni maquillaje a nuestros ideales y posicionamientos. Porque de entrada dijimos que bancámos la Ley de medios, que queremos un Estado que intervenga en la economía, que ponga a la política por encima de esta, que promueva la industria nacional, que reconozca y respete la diversidad cultural de nuestro país y garantice los derechos a las minorías; queremos la justicia social; un pueblo con memoria, resistiendo al olvido, decidido a construir un país con una mirada histórica; una América latina unida; una concepción de la política como herramienta para alterar las relaciones de poder , dijimos que reivindicamos a la política, que pensamos en una universidad activa en la tarea de transformación, en estudiantes comprometidos, sujetos de cambio y no objetos; dijimos que queremos el cambio cultural, el abandono definitivo del neoliberalismo y las recetas foráneas que se nos presentan como salvadoras. Todo eso lo dijimos de entrada, y lo defendimos y lo defendemos. Porque pensamos que esa es la razón de ser de la UNESO, la defensa de sus ideales y la apertura de espacios de participación para concretar eso de tener a la facultad y sus estudiantes activos y jugando un rol protagónico en la tarea de transformación de su ciudad y su país.
Porque militar es aprender y vamos aprendiendo cada día.
Por eso. Festejar por la militancia, festejar por el compromiso, el compañerismo y la alegría de ser parte de este momento histórico y no quedarnos de brazos cruzados. Festejar porque la modorra comienza a retroceder y la comodidad entra en crisis. Festejar por que la UNESO cumple un año y festejar por todo lo queda por hacer. Y porque venimos a combatir por el país alegremente y porque nada grande se puede hacer con la tristeza.
Que no nos quiten la alegría. Vamos!
