29 de octubre de 2010

Unión de Estudiantes de Sociales

Desde la Unión de Estudiantes de Sociales reivindicamos la militancia y el compromiso de la juventud para la transformación social. Consideramos que en este aspecto se está produciendo un resurgimiento de la participación de los jóvenes y su reconocimiento como protagonistas, como sujetos de la historia. Esto promovido por un contexto que favorece y permite la participación y el debate en el marco de la democracia más extendida de nuestra historia, donde poco a poco se van dejando de lado los mandatos neoliberales del “no te metas” y el “sálvese quién pueda”, instaurados a través del miedo y la propaganda masiva de los medios hegemónicos; un contexto en el que el debate político se vuelve a instalar en la escena de lo cotidiano.
Creemos que debemos seguir luchando para despojarnos definitivamente de concepciones impuestas por el reinado del mercado, en el que lo único a que podemos aspirar es a salvar nuestro propio pellejo, sin involucrarnos, sin que nos importe lo que le pasa al de al lado, viéndolo como un competidor, como un enemigo. Hoy los jóvenes tenemos la necesidad de sentirnos parte, de meternos, de participar, de pensar en lo público, en lo que hace al bien común, de fundar un proyecto generacional, defendiendo nuestras ideas en el marco de la democracia, de tomar la historia en nuestras manos.
Por eso levantamos la bandera de la política, entendiendo a ésta como la herramienta fundamental de transformación social y alteración de las relaciones de poder. Herramienta que fue concebida durante años como algo sucio, indeseable, detestable, sinónimo de engaño y mezquindad, reducida sólo al plano electoral; todo esto propiciado por un discurso hegemónico que hizo del mercado el dios supremo, de las corporaciones económicas los verdaderos centros de acumulación del poder, reemplazando éstos a la soberanía del pueblo, base, principio fundamental de la democracia y presentando el retiro a la vida privada y el individualismo como la única forma de vida posible.
Discurso que por medio del “no te metas”, primero, y el “no me importa”, después, enmascaró la exclusión de las mayorías tanto en lo social, lo económico, lo cultural y lo político, permitiendo procesos de acumulación de sectores beneficiados por las recetas neoliberales impuestas durante la última dictadura y la década de los noventa. Discurso que hoy se  reproduce por medio de los grandes medios masivos, que reconoce en el “estar politizados” el pecado de los jóvenes que luchan por su derecho fundamental a la educación pública, que acusa cansancio de que se siga hablando del pasado, que incita a olvidar, que traduce debate político en agresión, y confrontación de proyectos en crispación u obsesión por el poder.
Entendemos que es fundamental que frente a este discurso los jóvenes digamos “yo me meto”, que tomemos la política como herramienta de transformación, que asumamos la responsabilidad de escribir la historia. Contrastando la perorata de ciertos medios que a través de la imposición de una comunicación vertical en la que nada tenemos para decir y en la que nos cuentan cómo somos, qué pensamos o qué no pensamos, nos muestran con la imagen del que no es capaz de nada o sólo capaz de lo peor, como objeto y no como sujeto de cambio, como lo que verdaderamente somos.
En nuestro ámbito, el de la universidad, reivindicamos a ésta no sólo como una instancia de adquisición de conocimientos técnicos, donde solamente se concurre para obtener el título que nos salve individualmente, sino también como un espacio de formación integral, un espacio de formación de sujetos históricos activamente involucrados en lo que hace a su realidad y a la de su comunidad. Es en este sentido que creemos que es indispensable, por un lado, la apertura de espacios de participación estudiantil, de debate y discusión en torno a problemáticas concretas que incluyan a los estudiantes en tanto miembros de una sociedad y protagonistas de la transformación social. Y por otro, la apertura de la universidad hacia fuera de ella misma, participando de las discusiones y los problemas que atraviesan su ciudad, su provincia, su país.
Reivindicamos la lucha de los estudiantes en defensa y extensión de la educación pública. Tenemos memoria. Decimos “yo me meto”. Seguimos escribiendo la historia.

UNESO